Prólogo-peda

Empiezo hoy mi blog confesando que no tengo ni idea de qué escribir en él. La razón primitiva y única para crearlo fue, por tonta que suene, el argumento de “todo el mundo tiene uno”.

La verdad es que cuando surgió el fenómeno blog no alcancé a comprenderlo; ¿qué interés podría yo tener exponer mi diario al desconocido público? Ha sido ahora, año y medio después de darme de alta en Blogger, que he comprobado la verdadera utilidad de este invento...

No ha sido ni la primera ni la última vez en la que, por una razón u otra, me he visto privado de la presencia —y en algunos casos bendecido con la ausencia— de algún amigo. El manido compromiso de “seguir en contacto”, aunque cumplido generalmente, carece de algo fundamental, pues cuando contactas con algún amigo al que ya no ves tan a menudo el 95% de la conversación se dedica a ponerse al día.

Eso nos deja un pequeño porcentaje de verdadera conversación, en la que no se dice nada, pero que es la que verdaderamente cuenta: las nimiedades y demás tonterías. Y hete aquí que compruebo que gracias a los blogs de los amigos estoy al tanto de su día a día, y puedo centrar mi tiempo con ellos en “verdadera conversación”.

Así que ya sabéis; aquí, entre no pocas tonterías (muchas, ya me conocéis), os tendré al tanto de mi versión censurada y manipulada de mis Obras y Milagros. Como decían en “El Quijote”:

VALE